Alihuén nace como proyecto en el año 2000 con la idea de darle nombre propio a la experiencia que venía llevando adelante con las Flores de Bach desde el año 90, cuando las circunstancias de la vida me pusieron delante este recurso.
En un ambiente de bosques y lagos hermosos e inmensos. Estudié Bellas Artes porque pintar y dibujar es algo natural para mí y deseaba aprender más; y me convertí en escaladora porque siempre fui amante del deporte y de todos los que he practicado, las experiencias que me dejaban y me deja la montaña son las que más satisfacciones y plenitud me han aportado. Con 16 años comencé a estudiar ingeniería y me mantuve en ello durante tres años, pero está fue una idea prestada hacia la que me empujaron por ser buena alumna, me di cuenta del error y lo dejé a tiempo. En la naturaleza encontré en aquel momento como ahora, la oportunidad de reflexionar conmigo misma sobre la vida. La tierra de bosques donde nací, la llevo metida muy adentro mío, tanto, que dar un paseo por pequeños senderos rodeados de árboles hasta alcanzar alguna altura desde donde contemplar el valle, es un alimento del que no puedo prescindir.
Con Aintzane, juntas desde 2005 compartimos inquietudes y búsquedas. Comenzó siendo alumna en los cursos de flores y de homeopatía y continuó luego cercana compartiendo la ilusión de crear proyectos. Ella además está formada como Fisioterapeuta cráneo sacral.
Mi otra gran amiga y compañera de proyectos es Lourdes, también formada en el uso de las flores y la homeopatía, comparte conmigo la filosofía de un Botiquín Homeopático, actualmente desde Valencia... más cerca del sol.
Vinieron a mi mente reflexiones continuas acerca de por qué este recurso cuya eficacia y valor había podido comprobar en mí misma, no era más que apenas conocido por la gente; pensaba que era simple desconocimiento. Pero cuando en el año 95 tomé contacto con la oficina del centro Bach en España y conocí los escritos de Bach (a quién hasta el momento sólo había leído a través de otros autores), llegó por primera vez a mí el concepto de "materialismo". Cuando leí sus escritos originales pude comprender por primera vez, por qué sus flores no se habían propagado a la misma velocidad que la pólvora. Los intereses materiales, es decir, económicos, no lo habían permitido. Desde el nacimiento de la terapia floral, el miedo a lo desconocido para algunos y el miedo a perder el gran negocio de la venta de medicamentos por parte de los laboratorios farmacéuticos, han sido la combinación perfecta para mantener a Bach en el anonimato académico y el descrédito de la instituciones sanitarias.
Comprendí que la principal ventaja de las flores como sistema curativo y preventivo, era la posibilidad de hacerlo uno mismo. Es un sistema diseñado para que aprendamos a observarnos y a elegir qué flores necesitamos trabajarnos, en función de cómo nos sentimos. Bach lo explicaba de esta manera: "Si estoy hambriento voy al huerto y recojo una lechuga, si tengo sed bebo agua, si siento miedo de que algo salga mal... tomo Mimulus".
Así de fácil es este el sencillo método curativo, que con sus resultados sepulta para siempre la premisa de gastar nuestras fuerzas en intentar controlar nuestras emociones. Algo que todos sabemos que no siempre funciona y que en todos los casos produce sufrimiento, cansancio y un aumento continuo de los contenidos inconscientes, con la desventaja que otorga esto a que seamos capaces de tomar decisiones a favor de nuestro desarrollo personal.
Sin embargo esto que es una ventaja, también es un inconveniente, ya que nunca nos han enseñado que nuestra salud depende de nosotros. La personas vienen buscando una ayuda que se traducen en "ponme bien", "tú sabes lo que me hace falta". Porque aprendemos que nuestra salud depende del médico/a. Y esto no es así en realidad, incluso la política sanitaria con tantos recortes en presupuestos actualmente, admite que las personas tienen que aprender a comer mejor y a cuidarse mejor con hábitos deportivos y costumbres sanas. Es decir que la falta de dinero y los colapso en el sistema sanitario están favoreciendo que se admita que las personas sí que tenemos una parte de actuación importante para la obtención de nuestra salud. Y la más importante de todas es conseguir sentirnos bien, seguros, capaces y valiosos, porque cuando podemos sentir esto, difícilmente nos tambalearemos o nos equivocaremos o dejaremos de hacer. Cuanto nos sentimos bien todo es más fácil y se puede ver de manera positiva!
Sentí que así como estaba consiguiendo recuperar mis fuerzas y mi salud emocional con las flores, debía existir una manera similar de conseguir curar los males físicos, todos tenemos pequeños males que se presentan habitualmente. Esta opción era la Homeopatía de Hahnemann y con ella me aseguraba actuar en la misma línea que lo hacen los remedios emocionales de Bach, atendiendo las causas del mal con un remedio energético e inmaterial, inocuo, seguro y eficaz.
Nora Weeks nos cuenta en su libro "Los Descubrimientos del Dr. Bach", cómo, al ingresar a trabajar en Hospital Homeopático de Londres, y una vez que conoció la obra de Hahnemann, su método y sus remedios, Bach manifestó su intención de continuar la obra de Hahnemann. La homeopatía significó una gran confirmación de todo lo que él intuía, y decidió avanzar más allá de lo que lo había descubierto Hahnemann, centrándose en buscar remedios puros que sólo actuaran sobre las causas profundas de la enfermedad, es decir, sobre el conflicto emocional. Una vez concluido su descubrimiento y la creación de su Sistema de Curación con la Flores, las presentó ante la comunidad médica como la continuidad del trabajo de Hahnemann.
En el año 2015 me apunté a estudiar esta carrera. Las respuestas y el entendimiento llegaron rápido, los profesores no conocen al médico inglés Edward Bach. Los programas de estudios de materias como Historia de la psicología y Emociones, enseñan sobre muchos médicos contemporáneos de Bach, y sobre muchos sistemas y clasificaciones emocionales, enseñan sobre muchas teorías sin pies ni cabeza que no han trascendido más allá de los experimentos hechos en laboratorios, propuestas rebuscadas y difíciles de comprobar... que cuesta mucho esfuerzo estudiar por su mismo sin sentido, pero nadie, ni profesores, ni programas, ni libros, nadie dice ni sabe nada acerca del Sistema de Curación Emocional del Dr. Edward Bach. Sistema que sí ha trascendido, ha crecido y evolucionado con su propio programa de educación, de la mano de Nora Weeks, continuadora de la obra de Bach y de la Fundación Dr. Edward Bach luego. Su sistema de curación tiene miles de seguidores/as que como yo hemos escrito uno o más libros sobre nuestra experiencia con las flores, y que trabajamos para difundir este conocimiento negado académicamente desde las universidades.
Y creedme, ninguno de nosotros podríamos mantenernos en este trabajo que las instituciones desprestigian continuamente, si no fuera que gracias a la experiencia práctica y sus continuos resultados positivos, tenemos plena convicción del beneficio que representa para la salud, curar los estados emocionales con las flores de Bach.
Porque tengo la posibilidad de comprobar con las personas que se acercan en busca de flores y homeopatía, que cuando acuden a su médica/o, estos les hablan mal de los remedios homeopáticos. Más aún si pretenden compartir que han encontrado en este recurso algo bueno y positivo que les está viniendo bien para superar la enfermedad. Las madres me cuentan no del todo sorprendidas, como las pediatras de sus hijos ponen incluso mucho énfasis en decirles que estos remedios, tanto las flores como las homeopatía de Hahnemann, son placebo. Y nosotras, las madres y yo, nos reímos mucho. ¿Cómo habremos podido sugestionar a un bebé y conseguir tan buenos resultados? ¿O a un niño pequeño que ni siquiera participa de la consulta?
Por supuesto que todo hay que decirlo, y siempre entre muchos detractores aparece un médico/a de mente amplia y dispuesto a permitirse dudar de lo que hace y observar otras propuestas positivamente, o al menos no criticar lo que desconoce y más cuando le están contando una experiencia favorable, que es como decirle a esa madre en la cara, que está mintiendo.