Es la flor apropiada para esos momentos en que la vida da un vuelco dejándonos inmersos en una circunstancia desafortunada que resulta difícil aceptar sin quejas ni lamentaciones. A menudo nos conduce a resentirnos con la vida misma.
En este componente emocional, encontramos enfado y rabia, pero no es explícito como en Holly, no se pone de manifiesto como tal, no adquiere el tono aguijoneante, ni agresivo de éste. Willow llora su desgracia, se siente víctima de las circunstancias y el injusto reparto de la suerte. Cree que le tocan todas las desgracias, y como si nadie más las padeciera, llora su poca fortuna.