La pequeña Estrella de Belén, es la flor oportuna para aquellos momentos en los que la vida nos golpea con duras vivencias, una noticia grave que marca un precedente, un accidente fatal, la pérdida de alguien a quien amamos, estados traumáticos que conmocionan nuestras vidas, y pueden llegar a desmoronar toda nuestra estructura psicológica.
Todos los estados de conmoción que revisten cierta intensidad, cuando además se acompañan de gran pesar y dolor, los reconocemos con facilidad, no presentan dificultades, no dudamos en ver el aspecto traumático de un accidente grave, una violación, un atentado con víctimas mortales, o a la muerte de un hijo, una pareja, o de nuestros padres, etc. Sin embargo, no solemos estar muy seguros de utilizar o no esta flor si el accidente es pequeño, si no hubo heridos graves, o “si el ser querido que hemos perdido, no ha muerto”. Cuando el Trauma es psicológico, debemos tener en cuenta que la herida emocional, produce una impresión duradera en el tiempo, principalmente en el nivel inconsciente.
Estamos hablando de la posibilidad de recibir golpes, o recbir una paliza, sólo con palabras, incluso con un simple gesto pueden “herirnos”intensamente. Y esto, aunque no hemos aprendido a darle toda la importancia que tiene, internamente, todos sabemos que es importante, porque produce “dolor”. Aquí está la clave para poder utilizar este precioso remedio en el momento justo en que un proceso traumático tiene la mínima intensidad.